Mujer empoderada

Cúlpame desde tu viejo y cuadrado ojo andaluz desde tu retórica inútil, inverosímil y desubicada quizás porque vives de reglas, barras y estrellas Ódiame porque las faldas levantadas a la fuerza ultrajando inocencias de América, me las quité sola con verdadera impaciencia Soy dueña de mi propia carne y deseo de mi paz, pesadilla, cruz y recuerdo anda toma un lápiz y escribe mi sentencia Que mi lengua no se calla a la caricia o el verbo que mis manos siempre trabajando en comales no se detienen ante tu puño certero. Elizabeth Bonilla 17/10/2013 Las dos Fridas, Frida Kalho