Cuando terminas una relación

De repente te das cuenta que sonreír no es suficiente, que gritar todo sólo deja un placer inmediato pero al volver a la realidad sigue estando todo ahí, tu pesadilla, el mar por dentro con sus lágrimas,  que lavan el rostro por un momento, pero al final del día, nada o todo es suficiente.
La realidad es otra, ¡no hay opción! vivirla o morir, estar roto es eso, continuar por inercia, porque no hay más, porque el frío volverá, porque nada cambiará por siempre, porque te espera nuevos dolores, porque la mañana se irá convirtiendo en tarde y luego en noche sin nada que puedas hacer para anestesiar el dolor y pasarán los días, volverás a estar bien que significa estable, menos dolido hasta que entre el olvido y puedas manejar los recuerdos.
Ya no serás el mismo, eso sí, jamás se regresa intacto, nunca jamás se regresa tal cual uno se fue, uno muere, esa versión de las cosas no pueden regresar al punto de inicio, pero creerás que estás bien, que estará bien pronto, sonríes, te sugestionas para enfrentar la vida y la cara preocupada de tus amigos y familia.

Conforme pasan los meses, los pies toman nuevas fuerzas, tu cuerpo se fortalece aprende a andar pese a las heridas y a sonreír sin importar a quién, es así como funciona, entregarnos a la vida sabiendo que vamos a morir, dar todo de nosotros conociendo de antemano lo que eso significará pero al final de todo se trata de sentir, sentir algo, amor, dolor, esperanza, sentir que se puede sentir, tener la capacidad de experimentar que no se está muerto, sentir…
¡Tontos suicidas! Van por la vida con un corazón en las manos, para poder creer que se vive, que se late, así se entregan a nuevas ilusiones que le permitan sonreír amablemente, ver el mundo de colores, entumeciendo tus tristezas pasadas sin importar cuál sea el costo de la droga actual.
Porque quizá esta vez funcione, quizá algo cambie, aunque siga haciendo lo mismo de todos los días, con los mismos errores y las mismas manías, con los mismos pesares a cuestas sin solucionar.
Entregan sus ilusiones, muestran su lado más sensible y aquel punto débil con un cuchillo, esperando no ser lastimados, por confianza, por falso amor, por no estar solos,  como si esto, suicida, funcionara alguna vez.

¿No podrías comprender que el único que debería tomar el cuchillo sos vos? Tallarte, esculpir tus sueños, repararte, abrir caminos, matar enemigos y los monstruos bajo la cama, quizá con un nuevo estilo, con una nueva esperanza, con el aire que oxigene tus pulmones sin humo, sin falsas ilusiones.

Y quizá entonces, luego de un largo camino recorrido sobre si mismo, puedas encontrar quién venga trabajando igual, no te necesite ni tú, pero aun así te quiera consigo, no ponga su corazón en tus manos, ya no necesita depender de tu fuerza para construir sus castillos y entonces, sólo entonces puedas encontrar con quién puedas ser feliz verdaderamente. Sin miedos, no te dejará caer, ya que no dependes de tus pies ni los suyos sino de tus propias alas. Y si algún día falla, el mundo no perderá su brillo ni su color, no habrá quién pueda contigo por que dependes finalmente de ti. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi tiempo sin ti

Optimismo, pesimismo y la verdad

A la niña Amanda