Nota de una suicida enamorada
Tanto miedo da la plenitud como el miedo al fracaso que en sus brazos volaba, lo juro, volaba pero entre más feliz, mayor el temor a perderle. Sus labios oxigenaban más que mi piel, el alma más que el placer de la carne y la sed, era paz ¿quién querría dejar una fuente así? No he visto una sonrisa tan malevola que generara esto un rinconcito, robado, impuro, y seguro que en ese instante nada más importa. Jamás deseé que un sueño pudiese ser más real que él, el pequeño terremoto, sin duda el más hermoso que conocí. Quiero estrellarme más, mi preciado barranco, sé el filo que corta mi amargura y un día no muy lejano también mi corazón. Abre mis venas que ruede el veneno y un poco de cordura, total para morir ya cumplo el requisito.