El tiempo ha impuesto su ley doblegando el tenaz ánimo… Agotando los lapsos en los que mi corazón late; queriendo, llorando, implorando desesperada, que el tiempo de cosecha se acabe… por que no hay más onda tristeza que recoger los frutos entre amargos y ácidos que me da esta luna en soledad, haciendo más imponentes, frustrantes e hirientes estas letanías de inviernos secos y otoños sin color… ¡Perdón, yo quiero morir! desaparecer entre las arenas del desierto perdón quiero desistir de una vida tan vacía, cubierta de ecos, con éxodos de sentimientos que llenan mi pecho de angustia y dolor… No, no soy capaz de arrebatarle la luz a tu sol, tampoco puedo ya dar marcha atrás, el deseo y el amor me son negados, no hablo que jamás nadie me amó, si no que mi pecho se exprimió tratando de amar a todos, por el camino transcurrido no tiene más para dar, ya nadie más me puede querer, no así, ya no… Mi llanto es sólo el reflejo...