Un café y un cigarrillo

Se precipita una gota, eterna, 
su sonido me desquicia
-es una casa vacía-
con recuerdos, 
cuadros pintados y sordos,
cargada de ausencias y gritos mudos.
De soledades marchitas lleno mis manos
con tortuosos lapsos de sonrisas falsas
desafiando mi mente a la realidad 
empiezo a delirar entre besos y caricias
pero abro los ojos 
¡vaya! 
amargo despertar.
Miro las sombras que quedan
en este cuaderno vacío
cuan grandes crecen las cosas
cuando a un amor se le pone final
Sé que andas por aquí y por allá
con las madreselvas que adornan el jardín
y me olvidas
como olvidas lo que duele
como nos hiere el frío...
Me sientes...
yo se que me sientes, 
tu piel se estremece ante mi recuerdo
Eso es todo
todo cuanto hay,
imaginaciones y esperanzas
la taza del café ya frío, 
el cigarro que se consume
al igual que el amor... 
se disipa en el aire y desaparece


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